Dia 6: Hiroshima - Matsuyama

Habia que madrugar, primero por que teniamos 3 horas de ferry hasta Matsuyama, primera parada en nuestra aventura en la isla de Shikoku. Segundo porque el dia 6 de agosto es el dia conmemorativo a la tragedia de la bomba atomica lanzada en Hiroshima. En seguida la cantidad de gente se hizo ver en el desayuno de nuestro hotel, luego en las paradas de tranvia y mas tarde invadiendo la ciudad, muchas veces escoltados por antidisturbios japoneses. Todo esto antes de las 8 am. Nos hubiera gustado estar presentes durantes unas horas pero tanta multitud no prometia acabar en nada bueno.

Asi que cogimos el ferry a las 9 am con la ilusion de poder disfrutar de las vistas que nos podia ofrecer un ferry-crucero por el mar interior de japon. Segun las fotos que habiamos visto y segun el mapa teniamos que disfrutar del paisaje de muchas islas a poca distancia entre ellas, un poco parecido al metro en hora punta pero con rocas. Pero como era de esperar no fue asi. Esa maldita niebla que parece seguirnos y es debido al verano tan caluroso que se esta sufriendo por aqui, hace que casi todo el dia por las zonas costeras, no se pueda disfrutar de unas vistas magnificas. (Vease capitulo Miyajima) El caso es que a unos 100 metros apenas distinguias una roca de otro ferry.

El caso es que llegamos sanos al puerto de Matsuyama, donde cogimos un autobus por 450 yenes hasta la estacion principal de la Japan Rail. Alli mismo en la oficina de informacion de turismo pudimos hacer reservas tanto las dos noches de Matsuyama como la siguiente parada en Uwajima. Resulta muy facil coger hotel, es como ir a cualquier agencia de viajes a reservar hotel. Mas o menos tienen de todos los precios, pero por supuesto no todos los hoteles. Pero como no buscamos grandes lujos, el mas barato que nos ofrecieron, alla que fuimos.

Despues de comer, fuimos a ver el Matsuyama-jo (castillo de Matsuyama), un poquito justos de tiempo, asi que cogimos el telesferico por 260 yenes y a ver si la lonely planet empieza a leer este blog y actualiza versiones, porque ultimamente no da ni una. En fin, llegamos a la cima de la montana donde se asienta el imponente castillo...y estaba cerrado....cachis! tuvimos que suplicar al guarda que nos dejara asomarnos a echar unas fotos gracias a los encantos de Marta, y digo encantos porque si es por el idioma todavia estamos negociando.


La siguiente visita el tan gran esperado Dogo Onse. Son unos banos publicos, los mas antiguos de japon, con mucha tradicion donde el emperador pasaba...mu poco tiempo, para que nos vamos a enganar. Pero el sitio es espectacular. Es como una fortaleza de la epoca Eido de impresionante arquitectura y un encanto especial. No como los edificios que lo rodean, es una pena como la han cagado de semejante manera. Pero lo importante son los banos, asi que hicimos de tripas corazon y compramos dos entradas...aqui empieza nuestra experiencia en los onsen japoneses.

Marta no lo tenia muy claro, porque nos separaban nada mas entrar, mujeres por un lado, hombres por otro y ella que ni ingles ni japones pensaba que lo iba a pasar un ratito malo. Al final acepto. Cuanto mas pagas mas servicios tienes. Y ahi que fuimos a la tarifa mas cara, que incluye, el yukata, la toalla, el bano de los espiritus, te, galletitas y visista guiada por el onsen.

Nos dieron un folleto informativo de como se toman los banos japoneses, y joder que ganas de complicarse la vida, con lo que mola llegar a la piscina y tirarse en bomba.

Como unos catetillos nos llevamos los banadores por si acaso. Alli nos dijeron que ni hablar que uno se bana desnudo. Asi que entramos en una sala de tatami, donde depositamos las mochilas en un cesto de mimbre y despues de sudar un rato sin saber que hacer, aparecio un japonesa con un perfecto ingles que nos ayudo en todo momento. Teniamos que ir a unos vestuarios por separado, dejar la ropa en unas taquillas, entrar en pelota picada con una ridicula toalla que no tapa ni una teta ni un huevo y te metes en la sala de bano. Son como unas termas con una fuente que emana agua hirviendo. Segun la chica nos dijo: "Plimelo ducha con agua caliente tus paltes, despues metel en agua hilvieldo dulante unos minutos. Depues salil otla vez y duchal con agua caliente y jabon to cuelpo. Despues disfrutal del bano." Como se va a disfrutar de un bano con tantas tareas por hacer?

Maximo te aconsejaban 60 minutos de coccion, pero no aguantamos ni 20. Marta estaba marea de tanto calor. Como las termas de mujeres estaban vacias, se pego unos largos por la terma, hizo el muerto y escupia agua como un ballenato. Tambien se dio cuenta que las mujeres japonesas no tienen constumbre de recortarse la pelambrera, y Oscar da fe con los hombres. Despues de la terma una buena ducha de agua fria sentada en una banqueta de 15 cm de altura, es perfecto para el dolor de rinones.

Pero despues te quedas como nuevo, sales, te secas, te pones el yukata al mas estilo nipon y sales al tatami junto con unos ventanales de madera a disfrutar de las vistas, de unas galletitas y un te calentito...un te calentitoooo? si lo que queriamos era hidratarnos de tal sofoco!!!

La experiencia es superagradable y muy muy aconsejable, lo que pasa es que nosotros somos muy rurales y como mejor se disfruta es volver otro dia con la leccion aprendida.

Con el cuerpo y la mente relajada paramos a cenar a un izakaya a comer unas tapitas y depues a retirarse al hotel.

Conclusiones del dia: Lo de los banos japoneses, onsen, es un inventazo. En realidad viene a ser como unos banos turcos o termales pero con mucha mas parafernalia y a la vez encanto. Aqui es toda una cultura, tradicion y sobre todo muy extendido. Lo que destaca es que al ser unos banos publicos en ningun momento padeces por el tema de la higiene, todo esta impecablemente limpio.