Al llegar a Odawara, ultimo transbordo antes de llegar a la estacion de Hakone-Yumoto, el entorno prometia y mucho. Bosques y mas bosques muy frondosos, cuyas copas de los arboles se juntaban unas con otras, muy espectacular. Muy espectacular hasta que llegamos a la meca de los bano japoneses, una mini calle totalmente en obras, con una sola avenida donde habia caravana para cruzar el pueblo. Era parecido a la entrada de Andorra, pero en obras.
Despues de probar el onsen, Marta el de chicos y Oscar el de chicas, por error por supuesto, decidimos dar un paseo por el pueblecito, ya que la excursion fuerte la hariamos al dia siguiente y se hacia un poco tarde.
Fuimos por el camino junto al rio y vimos algunas cataratas y algunos puentes que cruzaban. Tambien pudimos ver la cantidad de oferta hotelera que habia por el lugar. Algunos ryokanes expectaculares y hoteles de megalujo. Esta bastante trillado el sitio pero insistimos que el lugar es muy bonito...sobre todo si no estuviera tan masificado. Cuando nos dimos cuenta, dimos media vuelta para cenar y para nuestra sorpresa vimos como la gente arrasaba en los seven-eleven...la respuesta a semejante despliegue la encontramos cuando nos dimos cuenta que a las 7pm todas las tiendas y restaurantes que hacian un par de horas estaba atestado de gente ahora era un desierto. Asi que compramos lo que nos dejaron del supermercado y a cenar al hotel.
Conclusiones del dia: Los japoneses desayunan a las 7 como gorrinos, almuerzan a la 12 como hienas, meriendan a las 4 como puercos y cenan como vikingos a las 7. Esta gente con lo delgaduchos que estan o se pasan el dia en el lavabo o no entendemos como queman tantas calorias. Nosotros intentamos seguir sus horarios de ingestas pero a mas a mas hacemos un resopon a las 10pm...esto no es vida!!!!
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